Caigo en rutinaria convivencias de los silencios que gritan en ausencias perdidas, olvidadas-
En dolores ajenos, y en heridas que aun siguen abiertas.
Caigo en la sentencia de habitar con mi compañia y no puedo entenderme, los silencios me confunden y mi voz no te alcanza y no me escuchas...y no hablo para que me entiendas...
y mis ojos no te miran para que me veas,
y camino en sentido contrario para que me cruces.
Pero no me entiendes, no me oyes, no hay cruces, y me olvido.
y vuelvo al silencio que aun esperan y entierro por un lado el dolor y por otro mis evidencias.
Que en sombras te esperan.
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