Para salvarnos nosotros mismos. Los cuerpos se alejaron. Tus labios se convirtieron en un cementerio de palabras. Tus ojos en una noche oscura sin estrellas y tu corazón frío como escarcha de mayo. Para salvarme mis labios silenciosamente gritan tu regreso.
Mis ojos no dejan de buscarte por algún sitio con luz y este corazón enfermo; recuperándose de tanto dolor.
Para salvarnos sacrificamos el cosquilleo que nuestros cuerpos sentían al tocarnos.
Reprimimos brindis de felicidades.
Nos salvamos de sufrir no se que cosa. Y si tu corazón sufre tanto como el mio… ¡no, nos salvamos!
16 septiembre 2005
SALVAMENTO DE VIDA
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